martes, 17 de marzo de 2009

4.4-Accion directa

Una de las primeras expresiones de los movimientos contrapublicitarios fue la manipulacion del mensaje sobre las vallas publicitarias, mediante spray o utilizando metodos mas tecnicos o sutiles. Desde el "Frente de Liberacion de Vallas Publicitarias", a los "Artistas del Graffiti en Vallas contra las Promociones dañinas para Australia" (BUG-UP: impontunar), los "rompeanuncios" se extienden por todo el mundo atacando y manipulando la publicidad.

IMAGEN 1


En la imagen 1, tenemos un ejemplo de como se transforma el mensaje de una valla publicitaria de una marca de tabaco, desde el original “Anyhow, have a Winfield” a un crítico y paródico “Man, how i hate a Winfield”. Como se puede apreciar, el cambio en el mensaje nos lleva hacia esquemas de pensamiento diferentes, nos coloca en un universo simbolico totalmente contradictorio.

Las multinacionales del tabaco intentan vincular la posesion de un cigarrillo Winfield (en este caso, porque valdria cualquier otra marca) a la seguridad de sentirse bien, libre, completo. Y el cambio de unas letras en el mensaje da la vuelta al sentido simbolico y cuestiona a esa verdad incuestionable que se proyecta desde los mensajes consumistas.

En este caso vemos como con esa cierta dosis de humor que caracteriza a la contrapublicidad, se pretende abrir grietas en el mensaje normalizado, tal y como los ciudadanos que describe Bajtin usaban el chiste y el vuelco de la verdad impuesta, del orden de las cosas, creando herejias simbolicas, utilizando el termino aportado por Bourdieu.

Bajo ese “inmemorial espiritu bromista” (KLEIN, 2007: 401) hay intencionalidad politica, en el sentido Butleriano de que todo es politico. La globalización que impone una forma de vida basada en el consumo a pesar de todo se encuentra con la creatividad humana que es totalmente incapaz de no cuestionarse las verdades ofrecidas.

IMAGEN 2


Y en la imagen 2 el colectivo "Reclaim the Streets" de Londres añade una bicicleta a un anuncio de Ford, en su lucha cotidiana por recuperar las calles frente al masivo uso del automovil, que roba el espacio al peatón. Para ello organizan tanto acciones antipublicitarias como la de la ilustración, como grandes fiestas en medio de calles en ciudades como Londres para cortar el tráfico de los vehículos a motor

En Francia las “Brigadas Anti Publicidad” (B.A.P.) están organizadas en comandos de acción directa. Actúan de manera individual o en grupo, siempre contra lo que llaman “contaminación visual”. Se agrupan en varias asociaciones con este objetivo común, lanzar un contramensaje dirigido a que los consumidores tomen conciencia de su condición pasiva. Uno de sus puntos de actuación habitual es el metro de Paris, donde con rotuladores o sprays dejan mensajes como, por ejemplo, en un anuncio que utiliza un musculoso modelo en calzoncillos escribir un “Lávate, hueles mal”, o en un cartel que vende un tour por México, un “Esto puebla el espacio de nuestros sueños y es todo mentira”.

El objetivo de las B.A.P. no es solamente la publicidad, también el consumo en sí mismo. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los denominados “desinfladores”, que como el profesor Averanius, personaje de Milan Kundera en su obra La Inmortalidad , se dedican a desinflar las ruedas de los automoviles todo terreno aparcados en las calles que, según ellos, invaden las ciudades en vez de estar en el campo, su objetivo natural. También llenan la ciudad con sus lemas antiauto, como “No a la multiplicación de los scooter y las motos. Hay que prohibir la circulación no la respiración”.

En Francia la antipublicidad es un movimiento importante que, para Sebastián Darsy, autor de La era de los antipub unifica a todos los que se oponen al neoliberalismo, que convergen en su lucha contra la publicidad porque es percibida como el motor del sistema anticapitalista. (Darsy, 2005).

IMAGEN 3


En España también hay acciones de este tipo que luchan no sólo contra la publicidad, sino contra la configuración del espacio público. Por ejemplo, el colectivo La Zebra se dedica a pintar pasos de peatones en cualquier lugar donde no los hay (imágenes 3 y 4). Este colectivo fomenta la actividad individual de la gente, y en su blog (http://lazebra.blogspot.com/) anima a que la gente pinte sus propios pasos de cebra, tanto como forma de reivindicación social como para pasarlo bien.

IMAGEN 4

También destacamos las acciones de “los guerrilleros de la comunicación”, que actúan en barrios de Madrid como Lavapiés interviniendo sobre mensajes publicitarios, como los que aparecen en las fachadas del supermercado DIA (imagen 5),

IMAGEN 5

o cambiando los carteles de las calles dotándolos de un mensaje paródico, reivindicativo o social. Por ejemplo, la calle de Mesón de Paredes se transformó en “Mesón de parados”, y la calle de Embajadores en “Desalojadores” (imágenes 6 y 7).

IMAGEN 6

IMAGEN 7

Como hemos visto, todos los ejemplos señalados tienen un objetivo colectivo, pero también hay contrapublicitarios que realizan su actividad para divertirse, sin ninguna finalidad política., aunque el componente anticonsumo esta cada vez mas presente. En No logo, de Naomi Klein, aparecen testimonios de conocidos antipublicitarios cuyo objetivo es llamar la atención para ser contratados por las propias empresas publicitarias o, simplemente, para saciar su ego de artista. Por ejemplo, Rodríguez Gerada trabaja durante el día en la industria publicitaria y después hace intervenciones contrapublicitarias con el objeto de crear su propia obra, independientemente de las consignas que le marca la empresa (Klein, 2007:403).

En este sentido es importante decir que la publicidad en muchas ocasiones, como sucedió en el caso de los mensajes reivindicativos de mayo del 68, acaba utilizando el lenguaje contrapublicitario con sus propios fines, en la permanente lucha por absorber la resistencia y anularla integrándola en el sistema. Como señala la revista El publicista, “Las grandes marcas pueden servir de vehículo a los colectivos antisistema para difundir sus mensajes críticos. Sin embargo estos corren el riesgo de contribuir a la notoriedad de la marca” (Madinaveitia, 2007: 42). La capacidad del sistema de regenerarse ante cualquier crisis o ataque hace que también los métodos de contrapublicidad tengan que estar continuamente autorenovándose.

IMAGEN 8

Las plantillas o stencils se están extendiendo por la facilidad de llenar las paredes con ese molde que se puede repetir rápidamente miles de veces, sin necesidad de ser creativo en el momento de la acción. Por ejemplo, en la conocida glorieta de Atocha, justo en la fachada de una sucursal del Banco de Santander, nosotros mismos encontramos la siguiente plantilla que ironiza sobre la conversión del mundo en un objeto de consumo y, simulando un anuncio de compra y venta, llama la atención sobre los transeúntes y, principalmente sobre los usuarios del cajero del banco, de la puesta en venta del mundo por parte de la Organización Mundial de Comercio (imágenes 8 y 9).

IMAGEN 9

Por último, queremos señalar que el objetivo de la acción directa contrapublicitaria se hace con fines a veces mucho mas comprometidos en una determinada campaña política o reivindicativa. En estos casos se usan formatos publicitarios unidos a su intencionalidad propagandística. En el caso de la foto siguiente (imagen 10), fotografiada por nosotros en la ciudad de Donostia a finales del mes de agosto de 2007.

IMAGEN 10

En ella se aprecia la equiparación del sufrimiento de un toro al de un ser humano, que aparece representado banderilleado y ensangrentado, a la vez que se convoca a una manifestación a favor de los derechos de los animales. Lo que se pretende es parodiar con fines críticos e incluso grotescos un cartel publicitario anunciando una corrida de toros.

Como se ve, la contrapublicidad y la propaganda política muchas veces se entrecruzan, al igual que sucede con la publicidad que en el fondo transmite igualmente un mensaje político e ideológico que suele calar eficazmente en la mayoría de los sujetos a los que se dirige, no solo por los mensajes subliminales que esconde, sino también por los estudios psicológicos en los que se basan los diseñadores, y por lo masivo de su repetición (Ramonet, Chomsky: 2006).

2 comentarios:

  1. Hola. Quería preguntarte acerca del autor que citas, Sebastian Darsy y su "La era de los antipub". No encuentro nada de información en la web, ni sobre él ni sobre su libro. ¿Dónde podría encontrarlo? ¿Sabes qué editorial le publica?

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  2. Vale, acabo de encontrar la referencia. Por cierto, un blog muy interesante

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